Las ventajas de la fabricación aditiva en el sector de la medicina son muchas. Por esa razón, la impresora 3D en la sanidad es una herramienta muy útil, y mucho más ahora, ante la crisis generada por la COVID-19. La alerta sanitaria nos ha hecho tomar conciencia ante la necesidad de buscar soluciones rápidas e innovar ante la sobrecarga laboral y falta de material sanitario.

Los beneficios de la impresora 3D en la medicina garantizan la construcción de prótesis, la regeneración cutánea, fabricar material médico o fabricar mascarillas, viseras protectoras y pomos de puerta para utilizar el antebrazo como medida de protección en esta nueva era. Estas son solo algunas de las soluciones que nos permite la impresión 3D en la medicina.

Cuáles son los beneficios de la impresora 3D

Las impresoras 3D en la medicina arrojan resultados muy positivos en los últimos tiempos. Este tipo de fabricación aditiva se ha vuelto una herramienta muy útil incluso en la formación.

El médico y los alumnos se encuentran con mayor grado de comprensión en el estudio, así como anticiparse ante posibles operaciones que requieren mayor riesgo y necesitan de mayor precisión en cada uno de los pasos.

Las ventajas que ofrece tanto a profesionales como pacientes son las siguientes:

  • Personalización de los tratamientos.
  • Reducción de los tiempos en la cirugía y recuperación.
  • Fabricación de material quirúrgico individualizado.
  • Ahorro de costes.

Para qué se usa la impresora 3D en sanidad

La aplicación de nuevos descubrimientos de la impresión 3D en la medicina está siendo progresiva, pero destacamos algunos de los más importantes.

  • Mejorar la precisión de la cirugía. Permite diseñar cómo será la operación antes de entrar en el quirófano. Este proceso no solo acorta la duración de la intervención, sino que también ayuda al cirujano y su equipo a conocer cómo actuar y evitar posibles riesgos.
  • Impresión de prótesis ortopédicas y otros materiales. Otra de las grandes ventajas de la impresión 3D en medicina es diseñar este tipo de prótesis que acortaría el tiempo de recuperación en fracturas y podría corregir la extremidad afectada de forma eficaz.
  • Fabricar material sanitario. No solo ante la situación actual del coronavirus se necesita mayor agilidad para fabricar el material necesario para cubrir la demanda; existe la posibilidad de desplazarse a lugares donde no se necesite transportar material médico.
  • Compresión del problema por el paciente. No siempre es fácil entender el lenguaje médico o comprender una enfermedad. El uso de un órgano impreso en tres dimensiones ayuda a comprender la anomalía y qué tipo de actuación se emplea para corregirla.

En definitiva, el uso de la tecnología en la medicina supone un gran avance hoy en día. No obstante, uno de los mayores problemas lo encontramos en la normativa o regulación en este sector; por ese motivo, el apoyo institucional es necesario.

En resumen, la impresión 3D en la medicina es muy útil para cubrir la demanda existente en un sector que necesita de mayor rapidez y ahorrar costes. Las investigaciones y experimentación en el campo arroja resultados muy positivos de cara a un futuro próximo y los beneficios de la impresora 3D en la medicina.