La impresión 3D plantea innovaciones en la agricultura tal como ha ocurrido en otros sectores. Introducir este tipo de tecnología en el sector primario puede ser muy beneficioso porque permite ahorrar costes y tiempo.

Para empezar cabe señalar que la fabricación aditiva está ayudando a la investigación y desarrollo de esta actividad gracias a la creación de herramientas que permiten gestionar el agua, introducir elementos biodegradables y mejorar la calidad de los cultivos.

Innovaciones tecnológicas en la agricultura

La innovación en el sector agrícola es toda una realidad y dentro de los ejemplos de tecnología agrícola podemos destacar la creación e investigación de nuevas técnicas de riego para los cultivos.

Otro de los usos que cobran importancia es la creación de elementos para huertos hidropónicos. Esto permite abaratar en gran medida los costes y mejorar los elementos actuales. Así nació Huerto Fácil, “Tu huerto ecológico en casa”.

Gracias al uso de esta tecnología se pudieron fabricar piezas con un diseño tridimensional y filamentos biodegradables. Toda una novedad la posibilidad de crear un sistema de cultivo hidropónico donde se usan materiales biodegradables y reciclados.

Esta idea surgió de la necesidad de crear un huerto en casa, que ocupara poco espacio y fuera sencillo de mantener, a la vez que fuera respetuoso con el medio ambiente.

La fabricación aditiva también puede ayudar a las empresas de suministros agrícolas para la reposición de piezas y crear prototipos útiles para la maquinaria que utilizan en sus procesos.

Incluso, la impresión 3D ayuda al turismo rural a la hora de elaborar recuerdos y detalles personalizados atractivos para los visitantes. Además, es una forma de potenciar la marca y un destino turístico con valores autóctonos.

La impresión 3D en la agricultura

Por lo tanto, la ciencia y tecnología en la agricultura abre un abanico de posibilidades en un gran número de áreas del medio rural. Hace seis años salió a la luz una noticia en la que se exponía que un agricultor de Guadalajara salvó su cosecha gracias a la impresión 3D.

Durante la siega del cereal, su cosechadora se estropeó y no podía realizar su trabajo sin la reposición de las piezas rotas. Su proveedor le comunicó que las piezas nuevas tardarían en llegar 15 días. Pero, este parón suponía la pérdida de tiempo y dinero.

El agricultor decidió acudir al Centro Tecnológico AITIP en Zaragoza para encontrar una solución más rápida al problema. Los propios técnicos del centro fueron los que fabricaron las piezas y soportes que necesitaba su maquinaria en menos de cuatro horas.

Por lo que tal como observamos, la impresión 3D en la agricultura podría aumentar la productividad y promover la sustentabilidad de los pequeños agricultores sobre todo por la limitación de los recursos y la falta de agilidad para reparar la maquinaria dañada.

En definitiva, la tecnología 3D ha mostrado su enorme funcionalidad y las ventajas que ofrece en un gran número de sectores. La agilidad en el proceso y el abaratamiento de los costes son factores claves para también optar por este tipo de alternativa en el sector agrícola.