No es ciencia ficción ni fuente de nuestra imaginación, la impresora 3D de comida es una auténtica revolución en el sector food. ¡Imagínate máquinas que imprimen chocolate, pasta y un gran número de alimentos! Las posibilidades son casi ilimitadas en la era de la tecnología.

Cierto es que los primeros resultados de impresión en comida 3D no fueron espectaculares, pero el desarrollo de la tecnología ha ayudado a perfeccionar este proceso que permite imprimir un gran número de alimentos con una gran libertad en el diseño. No cabe la menor duda que una impresora 3D de comida puede crear formas complejas, que rara vez vamos a conseguir con un método tradicional.

La llegada de la impresión 3D de comida

La NASA comenzó a investigar los alimentos impresos en 3D en el año 2006, pero no fue hasta el 2013 cuando en cooperación con BeeHex desarrolló un Programa Avanzado de Alimentos con el objetivo de nutrir al equipo de astronautas para misiones más largas.

Fruto de aquella investigación surgió la impresión 3D en comida bajo el nombre de Chef3D, que imprimió con éxito una pizza. No obstante, si nos desplazamos a la tierra también encontramos un gran número de oportunidades aplicadas a la industria alimentaria. Muchas empresas ya están utilizando esta alternativa debido a su enorme potencialidad.

Una de las principales ventajas de este modelo de impresora es responder a las necesidades nutricionales y planificar mucho mejor las dietas. De hecho, se posibilita alterar el contenido nutricional y reconstruirlo nuevamente a través de la impresión.

En este sentido, se ha prestado especial atención a los ancianos. La población mundial envejece rápidamente, por lo tanto, existe una necesidad urgente de analizar sus necesidades alimenticias, si tenemos en cuenta que en el 2030, las personas de más de 65 años aumentarán el 40 %.

La disfagia afecta a más de un tercio de este colectivo que ve deteriorada su capacidad de consumir alimentos normales, por lo que comen porciones muy pequeñas y fáciles de ingerir.

Ventajas de la impresión de comida 3D

El futuro de las impresoras 3D también ha puesto su punto de mira en la alimentación y las ventajas que supone para una correcta nutrición. Aceptar este tipo de propuesta innovadora y asumir un cambio cultural van de la mano. No obstante, estos son algunos de los beneficios que podemos esgrimir.

Libertad en el diseño

La impresión 3D ofrece la posibilidad de mejorar el aspecto y diseño o crear moldes muy diferentes a los que vemos hoy en día. Aunque, el alimento se pueda elaborar tradicionalmente, el resultado no sería el mismo sin el uso de las técnicas 3D.

Ahorro de tiempo y costes

Esta tecnología se desarrolló en el entorno de la ingeniería de los materiales con el fin de reducir el tiempo y coste del desarrollo de las estructuras tridimensionales necesarias en el proceso de diseño industrial.

Programación de recetas

Hay una amplia disponibilidad de programación en recetas e ingredientes, que según aumente el mercado, ofrecerá más productos bajo el formato de cápsulas u otros sistemas alternativos.

En definitiva, la impresión de alimentos en 3D está en una fase incipiente y sujeta a cambios que revolucionarán el futuro de la industria de la alimentación. Para adaptarnos a esta innovación será necesario modificar nuestro pensamiento y vislumbrar el peso de la tecnología para conseguir resultados en este sector.