El mundo atraviesa actualmente la principal crisis sanitaria del siglo XXI. Es un hecho demostrado que las impresoras 3D como defensa frente al coronavirus son muy eficaces.

La pandemia del coronavirus se ha extendido en muy poco tiempo y ha dejado en estado de shock a gobiernos y sociedades que no estaban preparadas para afrontarla.

Uno de los principales problemas que estamos viviendo en esta emergencia de salud pública es la falta de material para combatirla. Y ahí es donde las impresoras 3D han adquirido un inusitado protagonismo.

Todos los días asistimos a noticias sobre iniciativas del mundo maker y de empresas especializadas en impresión 3D que están poniendo todos sus recursos materiales e ingenio para paliar la carencia de suministros esenciales como son las pantallas faciales o los respiradores artificiales.

Respirador artificial y otras iniciativas de las impresoras 3D como defensa frente al coronavirus

Entre las iniciativas más interesantes están la construcción de algunos prototipos de respirador artificial con tecnología de impresión 3D. Algunas de estos proyectos cuentan con el apoyo de importantes empresas y universidades, y han conseguido captar la atención de las autoridades sanitarias.

El respirador artificial es un aparato médico esencial para salvar la vida de los casos más graves de coronavirus. Cuando el contagio se complica y se convierte en una neumonía grave, contar con un respirador artificial es la diferencia entre la vida y la muerte.

El respirador artificial siempre ha sido un equipamiento médico imprescindible en las UCI. Su demanda se ha disparado durante la pandemia y ha empezado escasear gravemente. El coronavirus ha multiplicado la demanda de respiradores, pero los distribuidores y fabricantes tradicionales no han podido atender el incremento de pedidos.

Para muchos países, la solución más rápida para paliar esa escasez ha sido poder imprimir en 3D todas las piezas que conforman un respirador. Así se evitan depender de fábricas extranjeras que no pueden atender sus demandas en una crisis como esta.

Otra iniciativa muy destacable ha sido la fabricación de pantallas faciales realizadas en 3D. La pantalla es un equipo de protección individual crítico para el personal sanitario que atiende a los infectados por el coronavirus. Su demanda se disparó y pronto se agotaron los stocks.

Gracias a las iniciativas de particulares y empresas se han podido fabricar miles de pantallas faciales en países que, hasta ahora, dependían totalmente de su importación.

También cabe destacar la fabricación de piezas más específicas como utensilios para abrir puertas fabricados en 3D, o herramientas destinadas a evitar el contacto con superficies que pueden estar contagiadas.

Un sector estratégico en alza

El servicio de impresión 3D se va a convertir en un sector estratégico para muchos países que han dejado de producir casi todo y que han confiado los suministros de materiales y equipos esenciales a terceros países. Hemos visto las impresionantes tensiones de oferta y demanda que se han producido en un momento tan crítico como el que estamos viviendo.

 

Como ya hemos visto, las impresoras 3D como defensa frente al coronavirus son una de las mejores opciones para frenar este imparable suceso.

La impresión 3D puede paliar muchas de las necesidades que tienen los servicios sanitarios. Se pueden imprimir a medida piezas y materiales esenciales muy cerca de donde se produce la demanda.

Sería muy interesante que los gobiernos agilizasen los procesos de homologación de material sanitario construido en 3D para poder fabricar de una forma más sostenible y eficiente. Y para estar preparados para afrontar crisis como estas con recursos nacionales.